Que es; Medicina Alternativa

El término medicina alternativa designa de forma amplia los métodos y prácticas usados en lugar, o como complemento, de los tratamientos médicos convencionales para curar o paliar enfermedades. El alcance preciso de la medicina alternativa es objeto de cierto debate y depende en buena medida de lo que se entienda por «medicina convencional».

El debate sobre la medicina alternativa se complica aún más por la diversidad de tratamientos que son categorizados como «alternativos». Éstos incluyen prácticas que incorporan fundamentos espirituales, metafísicos o religiosos, así como tradiciones médicas no occidentales, enfoques de la curación recién desarrollados y varios otros. Los partidarios de un tipo de medicina alternativa pueden rechazar otros.

Los detractores de la medicina alternativa pueden definirla también como
«diagnósticos, tratamientos o terapias que pueden dispensar personas que no están legalmente autorizadas para diagnosticar y tratar enfermedades», aunque algunos médicos encuentran valor en el uso de terapias como «medicina complementaria».

Buena parte de la comunidad científica define la medicina alternativa como cualquier tratamiento cuya eficacia y seguridad no han sido comprobadas mediante estudios controlados y contrastados. Esta forma de definición no está basada en puntos de vista políticos o protección de competencias, sino que gira exclusivamente sobre cuestiones de eficacia y seguridad. Es por tanto posible para un método dado cambiar de categoría en ambos sentidos según se aumenta el conocimiento sobre su eficacia o ineficacia.

Los límites de la medicina alternativa han cambiado a lo largo del tiempo a medida que algunas técnicas y terapias anteriormente consideradas como «alternativas» han sido aceptadas por la medicina convencional. Lo opuesto es igualmente cierto, con métodos de los que se pensaba que eran eficaces descartados cuando se descubre que su única eficacia se debía al efecto placebo, o cuando se halla que sus efectos secundarios hacen que la relación seguridad-beneficio sea desfavorable.

Esta tendencia al cambio constante en la medicina científica es considerada por algunos partidarios de la medicina alternativa como un signo de debilidad. Los científicos, por otra parte, consideran esta capacidad de cambiar opiniones basándose en nuevos conocimientos como una de las mayores fortalezas de la medicina moderna. Consideran la perseverancia en usar métodos antiguos como señal de aviso de una posible falta de voluntad para aprender o cambiar según mejora el conocimiento:

    «En las pseudociencias, un desafío a un dogma aceptado suele ser considerado un acto hostil, hasta una herejía, y conduce a amargas disputas e incluso cismas.»

    «La ciencia avanza acomodándose al cambio a medida que se obtiene nueva información. En ella, la persona que demuestra que una creencia generalmente aceptada es errónea o incompleta es considerado probablemente más un héroe que un hereje.»[1]

¿Un término engañoso?

Varios defensores y críticos de las terapias alternativas creen (por razones muy diferentes) que el término «medicina alternativa» es engañoso:

    Algunos defensores creen que las terapias occidentales son las «alternativas», pues fueron precedidas por las terapias tradicionales. Otros creen que el término fue inventando por los defensores de la medicina alopática como un intento de desacreditar las terapias naturales[2].
 Algunos críticos afirman que ocurre lo contrario:

 "Medicina complementaria y alternativa" es un término comercial impreciso que resulta inherentemente engañoso. Los métodos "altenativos" se describen aproximadamente como las prácticas ajenas al sistema sanitario convencional. Carecen de evidencias sobre su seguridad y eficacia y no suelen estar cubierta por los seguros médicos. La "medicina complementaria" se describe aproximadamente como una síntesis de los métodos estándar y alternativos que usa lo mejor de ambos. En realidad, no hay "alternativas" a la evidencia objetiva de eficacia y seguridad.

Un método cada vez más común con el que los críticos expresan su escepticismo sobre la terminología es usar el acrónimo sCAM, que significa so-Called Alternative Medicine, en inglésCAM (de Complementary and Alternative Medicine, ‘medicina complementaria y alternativa’) y la palabra scam, ‘timo’. Este acrónimo ha sido deliberadamente diseñado por los escépticos para revelar lo que ellos ven como «el engaño y la inexactitud inherentes a la jerga popular que se usa para describir y promocionar métodos terapéuticos no probados o refutados.»[3] Estos críticos consideran que la expresión comúnmente usada «medicina alternativa basada en pruebas» es un oxímoron. Afirman que si un método ha sido probado adecuadamente, entonces no debe volver a ser considerado ni clasificado como «medicina alternativa». Su uso del acrónimo sCAM es un intento por combatir este mal uso, y por evitar los que ven como una condena de la medicina moderna. ‘presunta medicina alternativa’, y juega con el acrónimo

Los críticos de las terapias alternativas afirman que no son eficaces y por lo tanto no son una alternativa legítima a la medicina convencional. Richard Dawkins, profesor de Public Understanding of Science en la Universidad de Oxford, define la medicina alternativa como «ese conjunto de prácticas que no se pueden probar, rechazan ser probadas o fallan sistemáticamente en las pruebas» (Diamond 2003).

La mayoría de las dos vertientes creen que las terapias alternativas pueden ser aceptadas como medicina convencional si se demuestran científicamente que son eficaces.

«Los métodos basados en pruebas son eficaces, y los métodos eficaces debería estar basados en pruebas. Si un método parece ser eficaz, entonces debería ser posible comprobarlo. Si la investigación no ha sido realizada aún, debería hacerse. Debemos recordar que "la ausencia de prueba no es lo mismo que la ausencia de hechos: sólo demuestra la falta de investigación adecuada" — Robert Sydenham. "La falta de pruebas en la literatura no demuestra la falta de eficacia.

Medicina complementaria y alternativa

El National Center for Complementary and Alternative Medicine (NCCAM) estadounidense define la medicina complementaria y alternativa como «un conjunto diverso de sistemas, prácticas y productos médicos y de atención de la salud que no se considera actualmente parte de la medicina convencional». Una distinción que el NCCAM hace es que la medicina complementaria se usa conjuntamente con la medicina convencional mientras la medicina alternativa se usa en lugar de la medicina convencional. El NCCAM también define la medicina integrativa como la combinación de «terapias médicas formales y terapias de la medicina complementaria y alternativa para las cuales existen datos científicos de alta calidad sobre su seguridad y eficacia».

«Es importante advertir que la medicina integrativa no es sinónimo de la medicina complementaria y alternativa. Tiene un significado y misión mucho más amplios al exigir la restauración del foco de la medicina en la salud y la curación y enfatizar la importancia de la relación entre el paciente y el médico.» (Snyderman, Weil 2002)

Regulación

Las distintas jurisdicciones difieren acerca de qué ramas de la medicina alternativa son legales, cuáles están reguladas y cuáles (si las hay) son prestadas por el servicio sanitario gubernamental o financiadas por el estado.

Cierto número de partidarios de la medicina alternativa no están de acuerdo con las restricciones de las agencias gubernamentales que regulan los tratamientos médicos (como la Food and Drug Administration estadounidense) y la adherencia de éstas a los métodos de evaluación experimentales. Afirman que esto impide a los que buscan dar tratamientos y propuestas útiles y eficaces al público, y denuncian que sus contribuciones y descubrimientos son injustamente desestimados, pasados por alto o suprimidos. Los proveedores de medicina alternativa suelen argüir que el fraude en los tratamientos debe abordarse adecuadamente cuando se produzca.

Uso contemporáneo de la medicina alternativa

Edzard Ernst escribió en el Medical Journal of Australia que «cerca de la mitad de la población de los países desarrollados usa medicina complementaria y alternativa» (Ernst 2003). Una encuesta (Barnes et al 2004) publicada en mayo de 2004 por el NCCAM estadounidense concluía que en 2002 el 36% de los estadounidenses había usado algún tipo de «terapia alternativa» en los 12 meses anteriores, un término que incluía yoga, meditación, tratamientos herbales y la dieta Atkins. Si la oración era considerada como terapia alternativa, entonces la cifra subía hasta el 62,1%. Otro estudio de Astin et al (1998) sugiere una cifra parecida del 40%. Una encuesta telefónica británica hecha por la BBC entre 1.209 adultos en 1998 mostraba que cerca del 20% de los adultos británicos había usado la medicina alternativa en los 12 meses anteriores (Ernst & White 1999).

El uso de la medicina alternativa parece ir en aumento. Eisenburg et al llevaron a cabo un estudio en 1998 que mostró que el uso de la medicina alternativa había subido desde el 33,8% en 1990 hasta el 42,1% en 1997. En el Reino Unido, un informe de 2000 ordenado por la Cámara de los Lores sugería que «los datos de los que se dispone parecen apoyar la idea de que el uso de la medicina complementaria y alternativa en el Reino Unido es alto y está en aumento».

Educación médica

Cada vez más instituciones educativas han empezado a ofrecer cursos de medicina alternativa. Por ejemplo, la Facultad de Medicina de la Universidad de Arizona ofrece un programa de medicina integrativa bajo la dirección del Dr. Andrew Weil que adiestra a médicos en varias ramas de la medicina alternativa que «ni rechaza la medicina convencional, ni adopta prácticas alternativas sin sentido crítico.»[6] En tres investigaciones separadas en las que se encuestaron las 125 escuelas que ofrecían un título en medicina, las 19 que ofrecían uno en osteopatía y las 585 escuelas de enfermería de los Estados Unidos, se halló que el 60% de las escuelas que ofrecían un título en medicina, el 95% de las que ofrecían uno de osteópata y el 84,8% de las de enfermería enseñaban también medicina alternativa (Wetzel et al 1998, Saxon et al 2004, Fenton & Morris 2003).

En el Reino Unido ninguna escuela médica ofrece cursos que enseñen la práctica clínica de la medicina alternativa. Sin embargo, ésta se enseña en varias escuelas como parte del plan de estudios. Esta enseñanza está mayoritariamente basada en la teoría y la comprensión de la medicina alternativa, haciendo énfasis en la capacidad de comunicarse con especialistas en medicina alternativa. Para conseguir aptitud en la práctica clínica de la medicina alternativa, deben obtenerse títulos de sociedades médicas particulares, donde el estudiante debe haberse graduado y ser un médico cualificado. La Sociedad Médica Británica de Acupuntura, que ofrece certificados médicos en acupuntura a doctores, es un ejemplo.

Apoyos a la medicina alternativa

Los partidarios de la medicina alternativa sostienen que las terapias alternativas suelen proporcionar al público servicios no disponibles en la medicina convencional. Este argumento cubre diversas áreas, como la participación activa del paciente, métodos alternativos para el manejo del dolor, métodos terapéuticos que apoyan el modelo biopsicosocial de la salud, remedios para preocupaciones sanitarias específicas, servicios de reducción de estrés, otros servicios sanitarios preventivos que no son típicamente parte de la medicina convencional, y por supuesto cuidados paliativos de la medicina complementaria, que son practicados por centros oncológicos tan mundialmente renombrados como el Memorial Sloan-Kettering (véase Vickers 2004).

Eficacia

Los partidarios de la medicina alternativa sostienen que los diversos métodos alternativos son eficaces en el tratamiento de un amplio rango de dolencias leves y graves, y sostienen que trabajos de investigación recientemente publicados (como Michalsen 2003, Gonsalkorale 2003 y Berga 2003) demuestran la eficacia de tratamientos alternativos específicos. Afirman que una búsqueda en PubMed halló cerca de 370.000 artículos de investigación clasificados como medicina alternativa publicados en revistas reconocidas por Medline desde 1966 en la base de datos de la National Library of Medicine (tales como Kleijnen 1991, Linde 1997, Michalsen 2003, Gonsalkorale 2003 y 2003).

Los partidarios de la medicina alternativa sostienen que ésta puede proporcionar beneficios a la salud mediante la participación activa del paciente, ofreciendo más opciones al público, incluidos tratamientos que simplemente no están disponibles en la medicina convencional.

«La mayoría de los estadounidenses que consultan a terapeutas alternativos recibirían con entusiasmo la posibilidad de consultar a un médico bien entrenado en la medicina tradicional que tenga también una mentalidad abierta y buen conocimiento de los mecanismos de curación innatos del cuerpo, de la influencia de los hábitos de vida sobre la salud y de los usos apropiados de los complementos dietéticos, hierbas y otras formas de tratamiento, desde la manipulación osteopática hasta la medicina china y ayurvédica. En otras palabras, quieren ayuda competente para moverse por el confuso laberinto de opciones terapéuticas disponibles en la actualidad, especialmente en aquellos casos en los que los enfoques convencionales son relativamente ineficaces o perjudiciales.» (Snyderman, Weil 2002)

Algunos médicos está dispuestos a adoptar diversos aspectos de la medicina alternativa.

Aunque los partidarios de la medicina alternativa reconocen que el efecto placebo puede jugar un papel en el beneficio que proporcionan las terapias alternativas, también señalan que esto no disminuye su validez. Los escépticos están desconcertados por este punto de vista y afirman que es un reconocimiento de la ineficacia de los tratamientos alternativos.

Menor riesgo cuando se usa como complemento de la medicina convencional

Una importante objeción a la medicina alternativa es que se practica en lugar de los tratamientos médicos convencionales. Siempre que los tratamientos alternativos se usen junto con los tratamientos médicos convencionales, la mayoría de los médicos hallan la mayor parte de la medicina complementaria aceptable (Vickers 2004). En consonancia con estudios previos, el Centro para el Control de Enfermedades (CDC) estadounidense informó recientemente que la mayoría (54,9%) de los estadounidenses usaban la medicina alternativa en conjunción con la convencional (CDC Advance Data Report nº 343, 2004).

Los pacientes deben sin embargo informar siempre a sus médicos de que están usando medicina alternativa. Algunos paciente no lo hacen temiendo que esto dañe la relación con su médico. No obstante algunos tratamientos alternativos pueden interferir con los tratamientos tradicionales. Un ejemplo es la combinación de quimioterapia y la toma de altas dosis de vitamina C, que puede dañar gravemente los riñones.

El problema de la interferencia entre la medicina alternativa y la convencional se minimiza cuando sólo se recurre a la primera tras agotar todas las posibilidades de la segunda. Muchos pacientes creen que la medicina alternativa puede ayudar a sobrellevar enfermedades crónicas para las que la medicina convencional no ofrece cura sino sólo cuidados paliativos. Se está haciendo más común que el propio médico sugiera a sus pacientes alternativas cuando no puede ofrecer un tratamiento.

Críticas a la medicina alternativa

Debido al amplio rango de terapias que se consideran dentro de la «medicina alternativa», pocas críticas se aplican a toda ella.

Las críticas dirigidas a terapias específicas de la medicina alternativa van desde las bastante leves (el tratamiento convencional se cree más efectivo en un área particular) hasta la incompatibilidad con las leyes conocidas de la física (por ejemplo, en la homeopatía).

Los partidarios de las diferentes formas de medicina alternativa rechazan las críticas por estar supuestamente basadas en prejuicios, intereses económicos o ignorancia. Los opositores a muchas formas de medicina alternativa rechazan buena parta de las «pruebas» a favor por no cumplir condiciones requeridas por la medicina tradicional, como los experimentos de doble ciego, por ejemplo.

Eficacia

Falta de ensayos adecuados

A pesar del gran número de estudios sobre terapias alternativas, los críticos sostienen que no hay estadísticas sobre exactamente cuántos de estos estudios fueron experimentos controlados, de doble ciego y arbitrados o cuántos produjeron resultados a favor de la medicina alternativa o de partes de la misma. Sostienen que muchas formas de medicina alternativa son rechazadas por la medicina convencional porque la eficacia de los tratamientos no ha sido demostrada mediante ensayos aleatorios controlados de doble ciego. Algunos escépticos de las prácticas alternativas señalan que una persona puede atribuir alivio sintomático a un terapia por lo demás ineficaz debido a la recuperación natural de la enfermedad o a la naturaleza clínica de ésta, al efecto placebo o a la posibilidad de que en realidad nunca tuviera originalmente la enfermedad.

Problemas con ensayos y estudios conocidos

Los críticos sostienen que la predisposición del observador y su pobre diseño invalidan los resultados de muchos estudios llevados a cabo por promotores de la medicina alternativa.

Aunque una revisión de la eficacia de ciertas técnicas médicas alternativas para el tratamiento del cáncer (Vickers 2004) halló que está demostrado que la mayoría de estos tratamientos no funcionan, señaló que varios estudios encontraron pruebas de que el tratamiento psicosocial de los pacientes por parte de psicólogos está relacionado con una mayor posibilidad de supervivencia (aunque comenta que estos resultados no se han reproducido consistentemente). La misma revisión, a pesar de advertir específicamente que «las terapias complementarias para los síntomas relacionados con el cáncer no forman parte de esta revisión», citaba estudios que indicaban que varias terapias complementarias pueden proporcionar beneficios como, por ejemplo, reducir el dolor y mejorar el estado de ánimo de los pacientes.

Algunos arguyen que se realiza menos investigación sobre la medicina alternativa porque muchas de sus técnicas no pueden ser patentadas, y por tanto hay poco incentivo económico para estudiarlas. La investigación farmacéutica, por el contrario, puede ser muy lucrativa, lo que da como resultado la financiación de ensayos por parte de compañías farmacéuticas. Mucha gente, incluyendo profesionales de la medicina convencional y alternativa, sostienen que esta financiación ha llevado a la corrupción del proceso científico para aprobar el uso de fármacos, y que trabajos escritos por terceros han aparecido en importantes revistas médicas arbitradas (Flanagin et al 1998, Larkin 1999). Incrementar la financiación de la investigación de técnicas médicas alternativas era el propósito del National Center for Complementary and Alternative Medicine. El NCCAM y su predecesor, la Office of Alternative Medicine, han gastado más de 200 millones de dólares en estos estudios desde 1991. La Comisión E, división independiente de la Agencia Federal Alemana de Salud, ha estudiado muchos remedios herbales para determinar su eficacia.

Seguridad

Los críticos sostienen que «las terapias dudosas pueden provocar la muerte, heridas graves, sufrimiento innecesario y desfiguraciones»[9] y que algunas personas han sido heridas o han muerto directamente por causa de diversas prácticas o indirectamente por diagnósticos erróneos o por la subsiguiente elusión de la medicina convencional que ellos creen verdaderamente eficaz[
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Los críticos de la medicina alternativa están de acuerdo con sus partidarios en que la gente debe ser libre de elegir qué método de asistencia sanitaria desean, pero estipulan que debe ser informada sobre la seguridad y eficacia del método que elijan. La gente que elige la medicina alternativa puede pensar que están escogiendo una medicina segura y eficaz cuando puede que sólo obtengan remedios de curandero.

Retraso en la búsqueda de tratamiento médico convencional 

Los críticos afirma que aquellos que han tenido éxito con una terapia alternativa para una enfermedad leve pueden ser convencidos de su eficacia y persuadidos para extrapolar dicho éxito a alguna otra terapia alternativa para una enfermedad más seria y potencialmente fatal. Por esta razón, sostienen que las terapias que confían en el efecto placebo para definir su éxito son muy peligrosas.

Mayor peligro cuando se usa como complemento de la medicina convencional

Un estudio multicentro noruego examinó la relación entre el uso de la medicina alternativa y la supervivencia al cáncer. Se siguió durante 8 años a 515 pacientes que recibían tratamiendo médico estándar contra el cáncer, de los cuales el 22% usaban medicina alternativa concurrentemente.

El estudio reveló que la tasa de mortalidad era un 30% más alta en los usuarios de medicina alternativa: «El uso de medicina alternativa parece predecir una supervivencia menor al cáncer.

Problemas de regulación

Los críticos afirman que algunas ramas de la medicina alternativa no están a menudo adecuadamente reguladas en algunos países en cuanto a identificar quiénes las ejercen o saber qué formación o experiencia deben poseer. Los críticos arguyen que la regulación gubernamental de una terapia alternativa concreta no exige que dicha terapia sea eficaz.

Fuente: WP

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