Que son Flores Bach

La terapia con flores de Bach (pronunciado con ch española) es una variante de terapia médica alternativa creada y desarrollada por el médico inglés Edward Bach en la década de 1930. Este tipo de tratamiento se basa en la administración selectiva de 38 preparados naturales no farmacológicos, símil-homeopáticos, prescritos en función de ciertos síntomas o patrones psicoemocionales alterados (miedo, ansiedad, angustia, pesimismo, etc) que se asegura que pueden aliviar. 


El efecto esperado con este tratamiento sería el restablecimiento "a la normalidad" de la dimensión psicoanímica de la personalidad (certeza, paz, tranquilidad, etc.). En este contexto, existen posiciones encontradas (a favor y en contra) relacionadas con la
efectividad y utilidad de las esencias florales de Bach. Los adeptos y los que las ofrecen las declaran efectivas, pero los estudios independientes han mostrado que no tienen efectos específicos y que sus resultados encajan dentro de los límites propios de un "placebo" (ver más abajo).

La mayoría de estos preparados, conocidos como esencias florales, están elaborados en base a una decocción de flores maduras de diversas especies vegetales silvestres de la región de Gales e Inglaterra, a la que se le adiciona un derivado alcohólico del vino como conservante (tradicionalmente se usa Brandy). El preparado resultante, almacenado convenientemente en frascos de vidrio opaco, es una solución hidroalcohólica, sin principios farmacológicamente activos, y por lo tanto, sin acción biológica/fisiológica alguna.

Este tipo de preparados suelen llamarse también elixires florales, y según sus elaboradores estos productos se usan para tratar diversos estados anímicos y psíquicos alterados y/o desequilibrados y volverlos a su estado normal/ equilibrado proporcionando paz y tranquilidad a los pacientes.

La popularidad de los remedios florales de Bach se ha incrementado conforme al actual auge de la cultura New Age y el aumento en popularidad de los tratamientos alternativos que proclaman su supuesto carácter natural.

Sobre la eficacia de las flores de Bach

Impatiens glandulifera. Lineo llamó Impatiens al género porque dispara sus semillas. Bach considero que eso la hacía apta para curar la impaciencia
Impatiens glandulifera. Lineo llamó Impatiens al género porque dispara sus semillas. Bach considero que eso la hacía apta para curar la impaciencia

Lo mismo que de otras técnicas parecidas, la comunidad científica discute que las flores de Bach tengan algún valor terapéutico, por dos razones principalmente.

Primero, que los remedios no fueron elegidos con ningún criterio que pudiera ser considerado racional en el siglo XX, sino con uno próximo a una versión verbal de la doctrina de las signaturas que tuvo importancia en la Antigüedad, pero que ahora sólo puede verse como una forma de pensamiento mágico.

Segundo, porque contradice todo el conocimiento científico desarrollado experimentalmente desde la Ilustración, basado en la interpretación de los fenómenos como resultado de la interacción física entre los sistemas materiales, una vez superada la suposición de que los campos de fuerza, tales como la gravedad o el electromagnetismo, son formas de manifestación de lo espiritual, y no fenómenos materiales. Para las flores de Bach se usan diluciones que van más allá de lo que permite la divisibilidad de la materia, cuyo carácter particulado y discontinuo estaba probado desde los orígenes de la Química. 

Sin embargo, los elaboradores de esencias florales dicen que lo efectivo de las esencias florales no está en que haya alguna sustancia química disuelta en la preparación (lo que no es esperable de la elaboración), sino en las "vibraciones" o "características vibracionales" que poseen los preparados, y son de diferentes características para cada esencia floral. Tales «vibraciones» no se corresponden con ningún aspecto de la realidad conocido por la ciencia, y no desde luego con la vibración de las moléculas, sino con el tipo de entelequia a que se refieren frases como «tener buenas vibraciones».

No es frecuente que se pongan a prueba científicamente hipótesis de carácter místico o espiritual, hipótesis religiosas, acerca de los fenómenos. Se ha hecho, sin embargo, con hipótesis como que la recuperación de los enfermos es más probable o rápida si ser reza por ellos, y se ha hecho también algunos intentos de validar la eficacia de las flores de Bach respecto a la utilidad que proclaman sus adeptos. Sus partidarios frente a la comunidad científica protestan de que son necesarios más programas rigurosos de verificación, que puedan aportar una evidencia clínica concluyente sobre la efectividad de las flores de Bach, aparte de los ensayos ya hechos con resultados negativos, pero esos mismos no realizan ensayos clínicos. No se han publicado hasta ahora ensayos clínicos metodológicamente aceptables que muestren resultados positivos en ninguna de las áreas en las que las flores de Bach alegan tener valor terapéutico.

El hecho de que el propio Bach atribuyera la invención de estos remedios a la inspiración divina, puede condicionar los intentos científicos de evaluación. Bach escribió: «Ninguna ciencia, ningún conocimiento es necesario, aparte de los sencillos métodos presentados aquí; y los que recibirán mayor beneficio de este Don envíado por Dios. serán los que lo conserven tan puro como es; libre de ciencia, libre de teorías, porque todo en la naturaleza es simple».[1]

Historia

El nombre genérico "Flores de Bach" o "Remedios florales de Bach", hace referencia a su creador: Edward Bach (1886-1936), un médico inglés que inventó estos 38 preparados y desarrolló su utilización en una modalidad terapéutica conocida mayormente como Terapia Floral.

El apellido de Bach es de origen galés y la pronunciación de la ch en Bach es similar a la castellana, y no como en los músicos alemanes de apellido homógrafo, que se pronuncia baj.

El Dr. Edward Bach incursiona en diferentes ramas de la medicina: primero como médico clínico y cirujano, luego en la inmunología desempeñándose como bacteriólogo y patólogo, y posteriormente ejerciendo la homeopatía. Bach no es original al momento de "crear" las esencias florales, pero logra sintetizar las diversas influencias que recibe, las cuales pueden derivarse en dos vertientes: la terapéutica y la filosófica.

Las influencias de vertiente terapéutica están dadas por su experiencia clínica, por su trabajo en el Hospital Homeopático de Londres donde conoce el Organon de Samuel Hahnemann (1755-1843), por los fundamentos hipocráticos de la escuela médica clásica y la lectura de las "Signaturas" de Paracelso (1493-1541), pero también la inspiración recibida al asistir a unas conferencias que diera el místico alemán Rudolf Steiner (1861-1925), fundador de la medicina antroposófica.

La vertiente filosófica está dada por la filosofía oriental (principalmente la hindú que se infiltra por medio del colonialismo), la obra de J.W. Goethe (1749-1832) y la de Martin Heidegger (1889-1976); se cree incluso que pudo tener acceso a algunas obras de Sigmund Freud (1856-1939). Para algunos autores, "Bach no sólo creo un sistema terapéutico: también creó un sistema de pensamiento. Un modelo desde el cual pensar la realidad." (B. Espeche; E. Grecco. Bach por Bach, escritos florales). Para otros, el sistema de 38 flores es una simplificación y acotación de un repertorio cotidiano de remedios homeopáticos.

Bach inventa, o descubre según sus seguidores, las primeras 12 esencias de flores entre 1928 y 1932, a las que llama Doce Curadores. Luego añade 7 remedios florales más, que los reconoce como ayudantes o auxiliares ante situaciones en la que los anteriores parecían tener efectos parciales. Todos estos remedios fueron elaborados con el método solar. A partir de esto formula y escribe «Los Doce Curadores y los Siete Ayudantes», e inmediatamente, hacia 1935 comienza el desarrollo de un nuevo ciclo de 19 remedios preparados mediante un proceso diferente, el método del hervor.

Posología y administración

Como en la homeopatía, se afirma que cuanto menor es la cantidad administrada, mayor efecto surte el remedio; y que lo importante es la frecuencia de las tomas, no la cantidad. Las flores de Bach convencionalmente tienen las mismas vías de administración que los remedios homeopáticos.

A partir del frasco dosificador (comúnmente llamado "stock-bottle"), se vierten entre 2 a 4 gotas en un frasco gotero de vidrio opaco (de 30 ó 60 ml). Éste frasco debe estar previamente limpio y "desinfectado" mediante un enjuague con alcohol al 70%. Luego de vertidas las esencias que componen la fórmula prescrita, se llena hasta un 25% del volumen del frasco con brandy, y se completa su capacidad con agua mineral natural (el otro 75%). Es de éste frasco del que el usuario toma sus gotas, varias veces al día, a lo largo del llamado tratamiento.

Generalmente la dosificación típica es de 4 gotas, 6 veces al día. Esto es, durante "el día" del paciente, es decir, mientras esté despierto; que no es lo mismo que 4 gotas cada 4 horas. La frecuencia debe ser respetada para mejores resultados. Usualmente se suele hacer una "impregnación" con las primeras dosis del primer día de tratamiento, que se toman con mayor frecuencia.

La administración tradicional es por vía oral, sublingual. Se realiza dejando caer las gotas debajo de la lengua, cuidando de no tocar la pipeta del gotero con la mucosa bucal (porque contaminaría el contenido del frasco). Si esto último ocurriera, se debe lavar la pipeta con alcohol antes de introducirla en el frasco nuevamente. Las gotas no se tragan, se debe dejar que permanezcan en la boca hasta que se "disuelvan". Las gotas pueden ser también vertidas en un vaso con agua, u otro líquido, del cual se beberá de a pequeños sorbos. Es recomendable evitar las tomas hasta 1 hora antes o después de las comidas.

Las esencias florales también pueden ser administradas externamente, vehiculizadas en cremas de base acuosa, o en geles, o lociones, para ser aplicadas sobre la piel. También pueden aplicarse paños remojados con las esencias sobre el cuerpo. Otra forma de aplicación es en aerosol, atomizando 2 ó 3 veces alrededor del cuerpo del paciente (Evitar el rociado de los ojos, porque el contenido alcohólico es irritante). Existen otras vías de aplicación, pero que conciernen al terapeuta floral entrenado, en las que se aplican dispositivos "en seco" impregnados con esencias florales.

Los elaboradores de esencias florales sugieren no dejar las esencias florales cerca de campos electromagnéticos o expuestas a fuentes de calor porque se pueden alterar sus "cualidades energéticas".

Fundamento e indicaciones

Bach opinaba que "la enfermedad no es material en su origen", pues "la enfermedad es, en esencia, el resultado de un conflicto entre el Alma [Espíritu, Ser Real, etc.] y la Mente [Personalidad] y jamás podrá ser erradicada, excepto por medio de un esfuerzo mental y espiritual". Así, Bach plantea el problema de salud y enfermedad en un terreno metafísico, y en términos de un drama dualista psicosomático. Siguiendo la misma línea declara que "a lo largo de muchos siglos, la verdadera naturaleza de la enfermedad ha venido siendo enmascarada por el materialismo".

Bach ve la enfermedad como una consecuencia, como "el último resultado producido en el cuerpo, el producto final de fuerzas profundas y duraderas". Su propuesta terapéutica va pues dirigida a curar/corregir los males del espíritu y ensalzarlo, y para ello utiliza medios no materiales encarnados en las esencias florales. Pero tales medios debieran ser utilizados en conjunto con otros métodos físicos adecuados sumados al compromiso de voluntad por "eliminar cualquier falta en nuestra naturaleza". Bach explicó así el lugar de las terapias florales:

«No se requiere ciencia alguna, ni conocimientos previos... sin ciencia, sin teorías, pues todo en la naturaleza es simple. Este sistema de curación... se nos ha revelado divinamente.» (E. Bach, 1982: 85) [3]

De esta manera la terapéutica de Bach difiere radicalmente en su concepto del tipo de medicina basada en relaciones causa-efecto que ha ido ganado posiciones desde el Renacimiento. Así, el modelo terapéutico que propone Bach se encuentra totalmente al margen de la Medicina académica moderna, entroncando más con los remedios mágicos y los ensalmos medievales, conservados por la tradición en los medios populares. Notable es la coincidencia en buscar las indicaciones curativas de cada planta, en su aspecto (como en la teoría de las signaturas) o su nombre.

Estos supuestos remedios, también llamados "florales de Bach", son prescritos contra la ansiedad, la depresión, el insomnio y otros problemas emocionales relacionados, los cuales se supone son la raíz de las enfermedades. También muchos están dirigidos, más específicamente, contra actitudes o rasgos de la personalidad que se quiere corregir (egoísmo, posesividad, superficialidad, etc). Se dice que los remedios derivan de materiales no tóxicos, con la idea de que una «energía positiva» puede desviar o neutralizar la «energía negativa». Es común entre las terapias mágicas «New Age» la referencia a conceptos como la «energía positiva» que carecen de realidad en ningún sentido que no sea estrictamente subjetivo.

Bach identificó 38 categorías de males del alma que luego clasificó en siete grupos:

1. Temor.
2. Incertidumbre.
3. Desinterés por el presente.
4. Soledad.
5. Influenciabilidad.
6. Desaliento.
7. Preocupación excesiva por el bienestar de los demás.

Como en la homeopatía, se asegura que el tratamiento puede provocar primero un empeoramiento del mal combatido, y que ésa es la señal de que el mal se está expulsando.

Los remedios son populares también en su aplicación, para los mismos fines, a animales domésticos (mascotas) y plantas.

Toxicidad y riesgos

Algunas de las flores usadas pueden ser tóxicas si se consume la flor u otras partes de la planta. Sin embargo, debido a que no se consume la flor sino una tintura diluida al extremo, representan una seguridad total en cuanto a la toxicidad.

Todas las terapias presentan riesgos y límites. En el caso de las terapias con esencias florales, el riesgo radica en que los síntomas que presenta el paciente se puedan agravar, y en el usar únicamente la terapia con Flores de Bach en el caso de pacientes con trastornos mentales y emocionales severos, que requieran otro tipo de terapia o incluso el aislamiento.


Fuente: WP
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